Como si pudiéramos nadar en eso
hay un montón de cosas que parecen hacerlo.
Uno no, uno se apoya toscamente
con su cuerpo desproporcionado
como para nadar en tan pequeñas olas.
Pero sin embargo, aun teniendo en otro lado
otros mares donde nos hundiríamos sin problemas
y nos confundiríamos fácilmente con el contexto,
nos gusta reposar como gigantes sobre éstas,
para nosotros alfombras,
porque el contraste nos deja ver a otros como nosotros.
Nos podemos ver las caras
y saber con el otro, que acá, en éste momento,
buscamos lo mismo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario